Bajo el régimen nazi los laboratorios farmacéuticos Bayer, una empresa subsidiaria del consorcio químico IG Farben, utilizó a deportados en los campos de concentración nazis para realizar numerosos experimentos médicos. Lo que sigue son fragmentos de cinco cartas dirigidas por la Casa Bayer al comandante del campo de Auschwitz. Las cartas, halladas después de la liberación de Auschwitz por el Ejército Rojo, datan de abril-mayo de 1943 y fueron publicadas en el número de febrero de 1947 del periódico “Patriote Resistant”.
Primera carta:
“A fin de realizar experimentos con soporíferos, le agradeceremos ponga a nuestra disposición algunas mujeres. Nosotros nos ocuparemos de todas las formalidades relacionadas con la transferencia de esas mujeres.”
Segunda carta:
“Acusamos recibo de su carta. Consideramos que el precio de 200 marcos es exorbitante, ofrecemos pagar 170 marcos por cabeza. Necesitaríamos unas 150 mujeres.”
Tercera carta:
“Estamos de acuerdo con el precio convenido. Tenga a bien preparar un lote de 150 mujeres sanas, que enviaremos a buscar próximamente.”
Cuarta carta:
“Estamos en posesión del lote de 150 mujeres. La selección es satisfactoria, a pesar de que [las mujeres] están muy flacas y débiles. Le tendremos al tanto del resultado de los experimentos.”
Quinta carta:
“Los experimentos no han resultado concluyentes. Los sujetos murieron. Le escribiremos próximamente para solicitarle preparar un nuevo envío”.
El Zyklon B
La empresa farmacéutica alemana IG Farben, que más tarde se dividió en varias empresas, incluyendo Bayer, BASF y Hoechst, fue una de las principales fabricantes de Zyklon B durante la Segunda Guerra Mundial. Esta empresa produjo grandes cantidades de Zyklon B en su fábrica en Auschwitz y se benefició enormemente de la explotación laboral de los prisioneros de los campos de concentración y exterminio.
IG Farben también suministró otros productos químicos y farmacéuticos al régimen nazi, y se benefició económicamente de la guerra y la explotación de los prisioneros en los campos de concentración.
Después de la guerra, la empresa fue desmantelada y sus directivos fueron juzgados por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en los Juicios de Nuremberg.
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